Para el Taoismo la humildad es básicamente vacuidad, vaciamiento del propio ser.
Ser humilde significa vaciarse: vaciarse ante todo de sí mismo, del ego, de las complicaciones y problemas creados por la inercia mental. Para conseguir la verdadera humildad, hay que vaciar la mente de los contenidos tan inútiles como perjudiciales con que normalmente la cargamos y que lo único que hacen es suprimir nuestra verdadera espontaneidad y cerrarnos la vía a la percepción de la Verdad que mora en lo más profundo de nosotros. Este vaciamiento de uno mismo resulta en realidad de imitar el Tao, que es en sí mismo Vacío, Wu.
“El Sabio taoísta se vacía de todo para poder ser llenado por el Todo”.
El ego es el obstáculo por excelencia para entrar en comunión con el Tao. Estamos unidos al Tao, pero la ilusión egoica nos hace creer que estamos separados de él, que somos entes aislados e independientes. El ego es el separador, el que divide y distancia, el que enemista y crea barreras.
El mundo del Tao es el mundo de la Unidad y la Armonía;
el mundo del ego es el de la dualidad, el enfrentamiento y el conflicto.
“Surgidos en una época de fuerte crisis espiritual, Lao-tse y su obra hablan de manera especial a una época como la nuestra en la que la crisis entonces ya iniciada llega a su punto culminante. En esta fase Terminal del kali-yuga que actualmente atravesamos, el Taoísmo ofrece alternativas y da respuestas a muchos de los graves problemas que plantea el panorama inclemente de esta civilización inhóspita e inhumana que vivimos.”
“En una “era económica” como la actual, en la que el dinero, la economía y las finanzas lo son todo, en la que no hay nada que no esté comercializado, en la que los banqueros y los mercaderes marcan la pauta para la existencia de los individuos y los pueblos, y en la que se rinde culto al desarrollo económico y al progreso material como si fuera lo principal de la vida, el Taoísmo nos hace volver los ojos hacia realidades más auténticas y perdurables, más decisivas para la vida del ser humano, pues son de las que en verdad depende su dignidad, su libertad y su felicidad. Quien ha entrado en contacto íntimo y sincero con la filosofía taoísta ya no alberga la menor duda de que lo realmente importante no es el desarrollo económico sino el desarrollo de las más altas posibilidades latentes en la naturaleza humana, lo cual exige una íntima armonía con el Tao.”
Estos son fragmentos del libro TAO TE KING DE LAO-TSE, escrito por Antonio Medrano, que os recomiendo encarecidamente por su rigor y lucidez para entender mejor la esencia del taoísmo.
Otro libro sobre la misma temática y mismo autor es “La luz del Tao”.
No he puesto la portada del libro “Tao Te King de Lao-Tse” que es de donde he sacado los fragmentos expuestos puesto que no lo he hayado en la red.