Un árbol cuánta más raíz tiene más estable, longevo y fuerte es.
Y esto mismo nos pasa a las personas, cuánta más raíz desarrollamos más estabilidad, fortaleza y plenitud podemos expresar.
Tener raíz implica vivir desde nuestro centro, generando así una base de plenitud y abundancia permanente.
Aquí os presentamos unos fragmentos del libro HARA de Karlfried Graf Dürckheim
Así como la cima de un árbol sólo llega a su pleno desarrollo si éste está sólidamente enraizado, el espíritu sólo se desarrolla en su verdadera medida si no niega sus raíces, es decir, si conserva incesantemente el sentimiento de la unidad original de la vida, de esa unidad de la que, como todo, ha nacido la vida humana. Pero el hombre pierde el contacto con esa vida original por una tensión exagerada hacia la parte alta, alterando así el equilibrio de sus fuerzas; el Yo, imbuido de su importancia le oculta el camino que permite desarrollar su ser profundo, cuando su verdadero destino es el de preparar y proteger este camino.
Bodidharma se hizo célebre por su “asentamiento” imperturbable.
Un Buda no es un dios trascendente, sino un hombre a quien el tomar conciencia de su ser original ha transformado y liberado.
Aquel que dispone de Hara ve el mundo con otra perspectiva. Lo acepta como es, y aunque ese mundo es distinto de lo que él desearía que fuese, siente siempre que una armonía misteriosa entre él y el mundo.
Únicamente si el hombre reconoce y desarrolla su centro vital, su base, podrá abrirse al sentido verdadero de sus centros superiores.
El completo desarrollo del espíritu, en todo el sentido del término, no se hace posible sino cuando desaparece del espíritu del Yo, que lo acapara y objetiviza todo. Ello supone, necesariamente, que el Yo se diluye en la unidad primaria original de la vida, unidad en la que todos los opuestos se funden, siendo su símbolo el Hara. Siempre que un Occidental ha encontrado la “Vía de la Luz” superior, no sólo a merced a su pensar racional, sino sobre todo gracias a su evolución interior, para alcanzarlo ha tenido que atravesar las “sombrías profundidades”. Toda elevación espiritual verdadera, implica que previamente haya que descender al “centro de la tierra”.
La fuerza que da estar enraizado en el centro original, es un factor determinante de la confianza que el hombre tenga en sí mismo y en la vida.
Aquellos peligros que suponen amenaza para la seguridad, la manera de concebir la vida, o que imponen soledad, aislamiento, no podrán nunca quebrantar la confianza y la fe de un hombre que, de manera natural, dispone de Hara, ya que nunca pondrá en duda la propia base su vida.
Dispone de un manantial inextinguible de renovación y de fuerza, tanto en su vida física como psico-espiritual. De esta fuerza, que dirige, regenera y equilibra, se priva aquel que se apoya únicamente en la razón, abandonándose a la ilusión de poderlo hacer todo por sí mismo. Por eso, el “Hara natural” lo podemos encontrar, en la mayoría de los casos, allí donde no se ha desarrollado la conciencia racional, como son los pueblos primitivos –si es que la civilización no les ha sido demasiado nefasta- , o en el niño que haya podido desarrollar su personalidad normalmente. La sana conciencia de sí mismos, y su sólida confianza en la vida, no se apoyan en conocimientos teóricos o prácticos, sino que les ha sido dado al nacer. Tanto una como otra se mantienen en tanto subsista el nexo original. Y éste se manifiesta en un neto vigor del centro vital en el bajo vientre.
Así pues, estos son algunos aspectos de la importancia de desarrollar Hara o dicho de otra forma,de Enraizarse.
Os presento este monográfico cómo una propuesta para desarrollar la raíz o centro vital hasta tal punto que nos permita vivir desde un estado de confianza, seguridad, fuerza, plenitud y serenidad.
Este taller está diseñado específicamente para desarrollar nuestro centro cómo actitud de vida que nos va a aportar estabilidad, fuerza, ecuanimidad, intuición, confianza y abundancia.
El monográfico se basará en Qigong interno y externo, es decir, estiramientos y meditaciones Taoistas y prácticas afines.
Monográfico realizado por Susanna Ruiz.